El nombre de Siete Aguas se debe a que en la antigüedad para llegar hasta esta población por el antiguo Camino Real a Madrid, había que cruzar siete veces el Río Suc a través de sólidos puentes de madera integrados en el paisaje.
Situada a orillas de las faldas de la Sierra de las Cabritillas, Siete Aguas disfruta de muy bellos paisajes y de un microclima especial muy diferenciado del de otros pueblos también dedicados al cultivo de la vid en estas mismas tierras. Esta singularidad da lugar a la cosecha de una uva propia con características especiales, elaborando unos vinos muy personalizados y claramente autóctonos, con sorpresas muy agradables para la vista, el olfato y el paladar.
El auténtico tesoro de esta población son sus innumerables fuentes, repartidas por todo el término municipal, destacando la Fuente de los Siete Caños, la Fuente de la Vallesa, la Fuente de Raidón y la Fuente de la Tejería o Fuente el Retiro, con aguas transparentes y medicinales que manan incesantemente. El visitante puede conocerlas siguiendo la Ruta de las Fuentes.
Son de gran interés histórico-cultural la Iglesia de San Juan Bautista con 200 años de antigüedad, la Cruz Pairal del S. XV, de estilo gótico flamígero y que era el mojón deslindante entre el Reino de Valencia y el de Castilla, y el interesante Museo Arqueológico Municipal. Actualmente el término de Siete Aguas empieza, viniendo de Valencia, en el Valle de Ventamina y el linde lo marca una auténtica Casa de Postas del siglo XVIII, punto de inicio de esta Ruta del Vino.
Las festividades más destacadas de esta población son las celebradas en honor a su patrono, San Juan Bautista, a finales de junio y sus fiestas enHonor al Stmo. Cristo de los Afligidos, durante la primera semana de agosto.