Situado en los límites con la provincia de Cuenca, es un término municipal con un 70% de su suelo cubierto por formaciones forestales en las que dominan los pinos, el rodeno, los enebros y las sabinas. Un paisaje que se combina de forma muy particular y atractiva con las tierras cultivadas de viñas y cereales. El visitante puede disfrutar de numerosos parajes naturales como el Charco Negro, las Palomarejas, el Cerro Carpio, el Cerro San Cristóbal y la Peña de las Grajas, desde donde se puede contemplar el espectacular Barranco del Regajo. Cuatro rutas a pie con senderos homologados de Pequeño Recorrido (PR) y tres rutas cicloturísticas facilitan el recorrido de estos parajes respetando el medio ambiente.
Los primeros asentamientos humanos en la zona se remiten a la época del Neolítico y, posteriormente, a la Edad de Bronce. Siglos después estuvo poblado por íberos, siendo al menos veinte los yacimientos íberos existentes en Sinarcas, entre los que destacan el del Cerro de San Cristóbal y el del Cerro Carpio.
En el plano histórico-artístico, el visitante completará su viaje contemplando las pinturas de Santa Úrsula y la Santísima Trinidad, y la imagen de la "Virgen de las Campanillas" que se encuentran en la Iglesia de Santiago Apóstol, un monumento del siglo XVII.
Otros puntos de interés son las Ermitas de San Marcos y de San Roque, ésta última refugio de la población durante la guerra de la Independencia, y el Ecomuseo del Hábitat Tradicional de Sinarcas, donde se exponen herramientas del campo y antiguos aperos en una vivienda tradicional del casco histórico.
Entre sus fiestas destaca la romería celebrada el último sábado de abril en honor a San Marcos y las Fiestas Mayores en honor a San Roque y Santa Úrsula, la última semana de agosto.